[-56] EXTINTORES
Mi amigo Dani opina, usando una metáfora que me hace mucha gracia, que los españoles en el extranjero somos como los extintores: en cada edificio hay uno. Aún no he tenido tiempo de comprobar si esto realmente es así, pero no me sorprende lo más mínimo. En los tiempos es los que vivimos, el número de expatriados supera la cifra de 2.406.611 (822.264 en Europa), según datos del Padrón de Españoles Residentes en el Extranjero (PERE) del Instituto Nacional de Estadística (INE). La cantidad total pone los pelos de punta, y en el fondo no puedo dejar de pensar que detrás de estas cifras se esconde una exageración con un punto tan dramático como cierto:estamos por todas partes.
Por elección... unos; por supervivencia... otros.
Desde que llegué aquí, por una cuestión práctica, he evitado a toda costa relacionarme con la gente de mi país. Me han intentado agregar a grupos de erasmus, a excursiones y eventos de todo tipo, pero siempre he declinado la invitación (no he sido una estúpida, pero tampoco he hecho esfuerzos por hacer amigos de mi tierra). Además, cuando me hablan, aunque se trate de una persona que sabe español, yo respondo en italiano. Siempre. Y sin temor a equivocarme creo que esta es la clave que me está ayudando a desenvolverme más o menos bien en mi día a día. Es cierto, podría elegir la vía fácil, podría responder en mi lengua, pero me estaría autoengañando. Al fin y al cabo, vivir en otro país es como recibir un curso intensivo de ese idioma sin un horario fijo (y con todos los problemas añadidos que vienen de serie). Los momentos de soledad están ahí, cierto, pero al fin y al cabo sólo son eso: momentos. Incluso los peores días sólo tienen 24 horas.

[arriba] Vivo en una casa donde apenas llega la conexión a internet. Me ha dado tiempo a entablar una amistad con el dinosaurio de Google, metáfora redonda de la vida de más de uno.
Pero tanto aislamiento tiene su parte positiva. Desde hace unas semanas he pasado de la fase de hacerme entender a <<empezar a hablar>> sin preocuparme demasiado en qué se traduce mi <<itagnolo>>. Me he visto en todo tipo de situaciones, momentos agridulces en los que no siempre he comprendido qué me querían decir o en los que he tenido que echar mano del inglés o del lenguaje gestual; a la vez, también se ha producido el mismo efecto a la inversa. Los resultados de todos estos experimentos han sido, cuanto menos, curiosos. Recuerdo una anécdota graciosa que me ocurrió en Perugia, cuando en la <<mensa>> de la universidad pedí una ración de <<polpette>> pensando que me iban a traer ensalada de pulpo y en su lugar me sirvieron un plato hasta arriba de albóndigas; porque sí, <<polpe>> son pulpas, es decir, bolitas de carne, no pulpo (<<polpo>>).
El post de hoy va sobre malentendidos comunicativos, concretamente sobre un concepto que nos lleva por el camino de la amargura a buena parte de los hispanohablantes en Italia: los <<falsi amici>> (falsos amigos en español o <<false friends>> en inglés).
Los <<falsi amici>> son palabras o grupo de palabras que por su morfología se pueden asociar a otras erróneamente. La confusión viene dada por nuestra tendencia a asignar un valor fijo a un determinado elemento y a trasladarlo o adaptarlo a otro idioma presuponiendo que quiere decir lo mismo por el simple hecho de parecérsele. Para ilustrar mejor este tema os dejo diez ejemplos más comunes que me he encontrado en situaciones cotidianas (no siguen un orden determinado, escribo de memoria).
- 1. <<Salire>>.
It: Subir.
Esp. Se confunde con <<salir>>,es decir, abandonar un lugar.
La primera vez que un compañero de trabajo utilizó este verbo para pedirme que fuese al piso superior de la biblioteca me sentí muy confusa. Lo entendí por el contexto, pero me chocó bastante. El equivalente a <<salir>> en italiano es <<uscire>>.
- 2. <<Aceto>>.
It: Vinagre
Esp: Aceite. Sin comentarios.
- 3. <<Carta>>.
It: Papel.
Esp: Texto formal o informal dirigido a una persona.
- 4. Caldo.
It: Calor.
Esp: Se confunde con el jugo que se obtiene de la cocción de varios alimentos.
- 5. <<Ombre>>.
It: Sombra.
Esp: Se parece, sin la <<h>>, a <<hombre>>.
- 6. <<conservare>>.
It: guardar.
Esp: se confunde con el verbo <<conservar>>.
- 7. <<Vaso>>.
It: recipiente cerámico (ej. un florero).
Esp: se confunde con <<vaso>> para beber. El equivalente italiano es <<bicchiere>>.
- 8. <<Ufficio>>.
It: Oficina o despacho.
Esp: se confunde con <<oficio>>, ocupación laboral.
- 9. <<burro>>.
It: mantequilla.
Esp: Animal doméstico de la familia de los équidos. En italiano se traduce por <<asino>>.
Esta palabra me parece divertidísima. El acondicionar para el pelo también es <<burro>>.

[arriba] Los famosos <<asini bianchi>> de Asinara, la isla de los burros albinos. Sin trampa ni cartón. Son así. (fuente: https://www.sognasinara.it/asinara-tra-storia-e-natura/l-asinello-bianco.html).
- 10. <<caro>>.
It: querido.
Esp: de un valor o coste elevado.
Podría <<mettere> (poner) muchos más ejemplos, pero creo que por hoy lo vamos a dejar aquí.
Como habéis podido comprobar, es relativamente sencillo caer en ciertas <<trampas>> cuando estás aprendiendo un idioma que se parece al tuyo. Respecto al italiano, debo decir que es muy fácil defenderte, pero a la vez es increíblemente difícil aprender a hablarlo bien más allá de la cuestión de los <<falsi amici>>. Por eso creo que es muy prepotente afirmar, como he oído alguna vez en boca de algún erasmus, que esta lengua se aprende en un mes. Nuestra capacidad de asimilar nuevas palabras e ideas, aunque tiene que ver con la predisposición, no depende exclusivamente de ella. Somos un cúmulo de circunstancias, ¿no? Además, hay elementos que objetivamente complican el aprendizaje (argot, particularidades locales, frases hechas, etc).
Para ir cerrando, conviene recordar que los idiomas se pueden considerar entidades vivas y en continua evolución. El aprendizaje tiene un recorrido muy largo que me atrevería a decir que no culmina nunca. No se trata, por lo tanto, de obtener una acreditación que certifique un nivel concreto...eso sólo tiene un valor muy puntual; se trata, sin otro ánimo que el de motivar a cualquiera que lea estas líneas, de aceptar que <<meter la pata>> también puede ser una filosofía de vida cuando a cambio te enseña algo (incluso cuando esa enseñanza incluye dar la vuelta a tu mundo y aceptar que a partir de ahora al vinagre le llamarás aceite).
Consejo de <<extintor>>. ;)
[día -56 ó 27 de octubre de 2017].
Para escribir este post he consultado la siguiente página web: https://www.ine.es/dyngs/INEbase/es/operacion.htm?c=Estadistica_C&cid=1254736177014&idp=1254734710990.